VILLA DE ENSUEÑO EN FORMENTERA LV35

Laffittacase se complace en presentar esta residencia frente al mar ubicada en Formentera. Alberga diversas experiencias culturales y agrícolas al tiempo que conserva su alma de finca cultural con un diseño minimalista y refinado. Un lugar fuerte y natural, da la bienvenida a cualquiera que busque una vida nueva, inmersiva y lenta.

Con el objetivo de preservar la belleza natural del paisaje con nuevas técnicas de permacultura, la residencia incluye nueve habitaciones y suites en la finca, dos casas de playa, una piscina en la terraza y un gran patio entre sombra y sol para albergar lecturas y charlas filosóficas. Reflexiones bajo las ramas de un viejo árbol.

La residencia se encuentra paralela al mar y las rocas, con espacios esenciales para vivir y comer en la planta baja que se extienden hacia el exterior. Las áreas para dormir están ubicadas arriba para capturar amplias vistas del mar y la naturaleza circundante.

Todos los interiores han sido elegidos cuidadosamente para fusionarse con la tradición original de la finca sin olvidar el confort y la conveniencia de un hogar moderno, mientras que el diseño interno es mínimo para dejar espacio a la belleza de la naturaleza al aire libre. Las paredes blancas y los muebles de madera ofrecen superficies limpias en las que la luz puede reflejarse,

Cada parte de la residencia tiene su propio espíritu. Desde la entrada, un gran patio blanco inundado de luz ilumina las primeras estancias y señala el camino a un pequeño jardín donde domina un viejo árbol y da sombra a algunos bancos. Allí mismo, dos puertas abiertas conducen al mar, mientras que otra señala el camino a una amplia terraza con vistas a un panorama infinito de mar azul, cielo y rocas blancas.

Debajo de la finca, dos pequeñas casas con vistas al mar ofrecen un entorno ideal para desconectar del mundo. El entorno permite a los huéspedes despertarse cada mañana con el sonido de las olas y dormir cada noche bajo innumerables estrellas.

Todas las habitaciones y suites son únicas. Algunas ofrecen vistas extraordinarias, otras permiten conciliar el sueño con el sonido de las olas o a la sombra de un árbol centenario.

Alrededor de la residencia hay un terreno bordeado por muros de piedra, con olivos, higueras, viñedos y campos de trigo. Formentera sigue siendo una isla de agricultores, mientras que en las zonas desérticas a veces se encuentran cabras y jabalíes.